miércoles, 24 de mayo de 2017

PRIMER PREMIO OROLA DE VIVENCIAS 2017


ORACIÓN

Yo recuerdo los muros horadados por la metralla. Las calles rotas. El sol colándose por entre las casas desvencijadas, alcanzando con su luz sus más íntimos recodos.

Yo recuerdo los escombros que convirtieron la alameda en un desfiladero donde iba vagando trastornada la memoria de los días.

De pronto un niño asoma. Y luego otro. Y los vientres de las aceras se iban poblando de pies descalzos, de manos que se agarraban para jugar en horas robadas al miedo.

Se iba llevando el viento sus voces como palomas, sus antiguas canciones como lluvia en el páramo.

Y yo, al verlos saltar y retozar en la miseria, rezaba:
«Niños de polvo y ceniza, ¡cantad, cantad! No olvidéis las palabras que os acunaron, todas las voces que os amaron…
Niños de alma sepultada, ¡hablad, espantad con poesía este silencio de la calle en llamas!
¡Ángeles heridos! Creced, no os olvidéis de crecer, pues habréis de ser un día arquitectos de esta patria devastada».

Ana Sarrías Oteiza

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