miércoles, 22 de noviembre de 2017

ANTOLOGÍA 2017: ENCRUCIJADAS




ENCRUCIJADAS

Confiado por fin al grueso volumen, casi un talismán entre las manos, me fui sintiendo gradualmente relajado ante ese universo que lentamente se iba resquebrajando, y aquellos modos y vocablos y sabores anacrónicos que habían amenazado tantas veces mi lectura fueron cediendo con raro placer, casi sin darme cuenta, y eran como fronteras porosas por las que mi sensibilidad iba y venía, urdiendo por momentos, siendo urdida por otros, eso me parecía. Un bullir o algo así de la emoción que adentra, que urge, que confunde, que pulsa lo inminente, que adviene y rige, esa rutina que me arrebata en cada línea y en cada página voraz, ese fraude ritual y feliz, el intercambio secreto, las páginas vivas cuyos dominios imperan ya por todas partes y se allegan hasta aquí, y me rinden con su siglo dorado, con sus sueños y su gente, con los blasones castellanos en su verbo y su palabra.

¡Oh, el caballero andante! Algo altivo y señero en su rocín, se acerca por llanuras que se mueven, palabras que se abren como flores bruñidas y ligeras, y a pesar de la bruma en que se dibuja su hidalga figura, noto el pasmo en su rostro y sus ojos inquietos, embebecidos ante el hechizo de esa cosa suya tan amada, las voces con que moldeó sus salidas y altas peroraciones, y que ve, conforme se disipan los tiempos a su paso, han sobrevivido y mudado, y parecen difundirse con el aire que se cuela en mi ventana. Ahí está, íntima y pública, populosa u olvidada, recobrada o inédita. Nostalgia de lo que fue, augurio del porvenir, se inclina, grave, a su paso, entre exornaciones nuevas y antiguas. Lo siente en la piel, como el lector la brisa culta del atardecer, mientras sueña la vida en esas páginas o la encuentra, quién sabe… Es la lengua que silba en los cristales, y se pone a bailar, a reinventar, a «facer Españas nuevas» otra vez.

Gonzalo Abadie Vicens
Licenciado en Letras
Sacerdote
MONTEVIDEO (Uruguay)
(XI Antología)

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